Todos los visores nocturnos, en esencia, funcionan con el mismo propósito. Captan la luz residual del ambiente y la amplifican hasta cotas inimaginables para el ojo humano.
En cambio, con el paso del tiempo, estos útiles se han ido perfeccionando, dando lugar a varias generaciones que cada vez los hacen más competentes, precisos y eficaces.
Los visores nocturnos pertenecientes a la primera generación son capaces de ampliar la luz residual del ambiente miles de veces. Es el estándar de lo que se puede esperar de cualquier visor nocturno.
Los visores de segunda generación incorporan una MCP o “placa microcanal”, lo que proporciona una mayor calidad de imagen.
La tercera generación suele incluir tanto una barrera de iones, que aumenta el tiempo de vida útil del equipo, como un compuesto de arseniuro de galio. Este compuesto facilita que la calidad de imagen sea mejor, pero también aporta una mayor nitidez y un mayor brillo.
Esta división se realiza en los dispositivos comerciales. Cuando hablamos de equipos profesionales, el factor que nos indica la calidad es el FOM. Podemos encontrar equipos como el Micromonocular con factores de FOM muy por encima de los equipos de tercera generación comercial.
Si tienes alguna duda sobre los diferentes tipos de visores nocturnos o no te decides por un modelo en concreto, en Visión Nocturna y Térmica estamos a tu disposición para ayudarte. ¡Ponte en contacto con nosotros!